SAN DIEGO — Cada año, en la última semana de septiembre, la Iglesia Católica expresa su solidaridad con los inmigrantes y refugiados a través de la oración, el acompañamiento y la defensa de sus derechos.
Este año, sin embargo, la Iglesia celebrará la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado el fin de semana del 4 y 5 de octubre para coincidir con el Jubileo de los Migrantes.
En la Diócesis de San Diego, el obispo Michael Pham pidió a los párrocos que aborden el tema de la inmigración en sus homilías durante las Misas de ese fin de semana. También les pidió que promuevan dos iniciativas diocesanas para ayudar a inmigrantes indocumentados y a sus familias afectadas por acciones de control migratorio.
-La Campaña Mateo 25, dirigida por Caridades Católicas, recaudará fondos para ayudar a familias inmigrantes vulnerables en el momento inmediato posterior a una detención o deportación.
-La iniciativa conocida como F.A.I.T.H. capacita a sacerdotes, diáconos, religiosas, y laicos para acompañar a personas que están atravesando su proceso en la corte migratoria y que enfrentan una posible deportación. Esta iniciativa es una colaboración con el Proyecto de Organización de San Diego.
En julio, el Papa León XIV emitió un mensaje para la celebración de la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado en octubre.
“Su valentía y tenacidad dan un testimonio heroico de una fe que ve más allá de lo que nuestros ojos pueden ver y les da la fuerza para desafiar la muerte en las diversas rutas migratorias contemporáneas”, escribió el Papa.
Los migrantes y refugiados recuerdan a la Iglesia Católica que ella también está en camino, y que la verdadera ciudadanía está en el cielo, señaló.
El Papa describió la grave situación que enfrentan millones de personas en todo el mundo:
“El contexto global actual está tristemente marcado por guerras, violencia, injusticia y fenómenos meteorológicos extremos, que obligan a millones de personas a abandonar sus tierras en busca de refugio en otros lugares”, dijo en su mensaje.
“Ante escenarios aterradores y la posibilidad de una devastación global”, continuó, cada vez más personas anhelan un futuro de paz y respeto por la dignidad de todos. “Ese futuro es esencial para el plan de Dios para la humanidad y el resto de la creación.”
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