Por el Padre Bernardo Lara
SAN DIEGO — Últimamente, me ha tocado ver varios reels en Instagram y Facebook que muestran a sacerdotes cometiendo un pequeño desliz durante la Misa: al mencionar al Papa, muchos aún dicen “con nuestro Papa Francisco” antes de corregirse con un “perdón, con nuestro Papa León XIV”. Es una escena comprensible, casi entrañable, que refleja que estamos viviendo un tiempo de transición.
El Papa Francisco marcó profundamente la vida de muchas personas, católicas y no católicas por igual. Su cercanía, su lenguaje directo y su insistencia en una Iglesia misericordiosa dejaron huella. Es más, acabo de ver una publicación en la que, tras la muerte del Papa Francisco, Google reporta un incremento del 375% en la búsqueda “How do I become Catholic?” (“¿Cómo me vuelvo católico?”). Estamos hablando de que el número de personas interesadas en el catolicismo no sólo aumentó, sino que casi se cuadruplicó, lo cual da cuenta del enorme impacto que tuvo Francisco en nuestra sociedad.
Pero Dios tiene sus tiempos, y ahora, tenemos la bendición de contar con el Papa León XIV.
El Papa Francisco con frecuencia repetía que el cristiano está llamado a tender puentes. Y ahora llega León XIV, quien, hasta el momento, en sus primeros discursos ha expresado claramente su intención de seguir por el mismo camino, aunque con su propio estilo.
“No estábamos buscando una copia de Francisco, sino alguien que caminara por el mismo camino que él trazó,” dijo el cardenal McElroy en una entrevista tras el conclave. Y ese alguien nos lo ha dado el Espíritu Santo.
En su homilía de inicio de pontificado, el pasado 18 de mayo, el Papa León XIV afirmó que “el amor y la unidad son las dos dimensiones de la misión que Jesús confió a Pedro”. Y, nos hizo un llamado constante a vivir estas dimensiones: amor y unidad como personas, como Iglesia y como sociedad.
“No se trata nunca de atrapar a los demás con el sometimiento, con la propaganda religiosa o con los medios del poder, sino que se trata siempre y solamente de amar como lo hizo Jesús”, dijo el Santo Padre, subrayando que la fe no se impone, sino que se transmite a través del amor y del testimonio de vida.
En estos tiempos de cambio, el testimonio sigue siendo nuestra mejor forma de evangelizar. Y el nuevo Papa nos invita precisamente a eso: a seguir construyendo puentes, a vivir el Evangelio con autenticidad, y a confiar en que el amor —vivido con humildad y coherencia— es el camino más firme hacia la verdadera conversión.
El padre Bernardo Lara es pastor de la comunidad católica de Brawley y Westmorland.









