Estudiante celebra ‘el camino que Dios me puso’

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SAN DIEGO — Para la hija de unos migrantes mexicanos el futuro se ve radiante. Azul Marmolejo Rubio cumplirá su sueño de estudiar en la Universidad de Harvard.
El esfuerzo de tantos años de dedicación cobró frutos, pues la prestigiosa universidad le otorgó una beca de más del 96% por cuatro años; el resto de los gastos serán cubiertos por The Gates Scholarship, una organización que beca a alumnos sobresalientes de minorías y bajos recursos.

Marmolejo nació en San Diego hace 18 años, pero no fue hasta que ella tenía 3 años cuando su familia se mudó de Tijuana a San Diego en busca de una mejor calidad de vida.
Los fines de semana la joven trabaja junto a su familia en el tianguis y acuden a Misa a la Iglesia de Nuestra Señora de Monte Carmelo en San Ysidro.
Recién graduada de la Preparatoria Southwest, ella nos platicó sobre lo que significa para ella este logro y cómo es que su fe la ha guiado hasta este momento, y lo hará en el futuro.

Pregunta: ¿Nos puedes contar un poco de lo que te espera en Harvard?
Respuesta: Mi meta principal es llegar a ser cardióloga, para los primeros cuatro años estoy pensando en biología celular y molecular pero todavía sigo explorando.
Algo que quiero hacer en la universidad es participar en investigación y agregar conocimiento médico en áreas como cardiología preventiva o en algo más social, como disparidades en el sector de la salud. Todo con el enfoque en aportar algo a la comunidad latina.

¿Siempre fuiste una alumna destacada?
Creo que sí, siempre estuvo en mi mente esa importancia en la educación porque mis padres me inculcaron que la educación era la herramienta para salir adelante en este país. Es esa oportunidad que venimos buscando.

¿Cómo fue recibir la noticia de que habías sido aceptada en Harvard?
Apliqué a Harvard sabiendo que tenía una oportunidad, pero era una pequeña oportunidad. ¡Y resulta que me dijeron que sí! Yo no tenía eso pensado, yo no me había preparado emocionalmente para esto. Creo que nadie aplica a Harvard pensando o estando seguro de que va a entrar. Y fue así como “no puede ser; bueno creo que aquí pertenezco”.
Para mi era un gran sueño, pero no un gran sueño al que no me aferraba tanto porque sabía que era difícil.

¿Qué papel tiene la fe en tu vida?
Crecí con esos valores católicos por mi abuelita, ella es la que me daba la bendición todos los días, pero creo que fue hasta (que estaba cursando) 7mo-8vo grado cuando nos acercamos más a la religión.
Comenzamos a pertenecer a grupos, rezar el Rosario todos los días y verdaderamente a hacer de nuestra fe parte de nuestras vidas.
Obviamente, la fe ha tenido un gran impacto en mis decisiones como persona; siempre mantener esa honestidad, esa integridad, buscar el bien común y no guiarme solo por mis intereses. Mi enfoque siempre ha sido ayudar a personas y al mismo tiempo dar un testimonio de fe a través de nuestras acciones, porque yo pienso que no se necesita hablar para evangelizar a las personas. Eso es algo que mantengo muy presente, a través de mis acciones reflejo el amor de Dios a los demás.

¿Cómo viste la mano de Dios en tu aceptación a tan prestigiosa universidad?
Desde chiquita siempre me he encomendado a Dios antes de tomar exámenes, me persigno y rezó un Padre Nuestro. Antes de la entrevista también lo hice, oré con Dios para que se hiciera su voluntad.
También pedí al Espíritu Santo que me iluminara diciendo, “Me pongo en las manos del Espíritu Santo para que Él guíe esta conversación”. Resulta que la entrevista duró alrededor de una hora y al final me quedé asombrada por las cosas que se habían dicho. Pensé, “yo no fui esa persona que estuvo hablando”. Yo sé que yo tengo una cierta capacidad, un cierto nivel, pero de verdad siento que esas palabras que yo di en esa entrevista no eran algo…, fueron palabras que salieron de mi pero que yo no sé cómo alcancé ese nivel tan alto. Dios tuvo mucho que ver en esa entrevista.
Cuando recibí la carta de aceptación pensé, “¿Qué más señales quiero? Creo que este es mi camino”. Son puertas muy difíciles que se abren … y aun así se me abrieron a mi. Va a ser un camino difícil, pero si es el camino en el que Dios me puso, entonces ahí voy a estar.

¿Te confirmaste hace apenas unas semanas, ¿cómo crees que esto te prepara para lo que viene?
La confirmación es aceptar a Jesús en nuestras vidas, es ser discípulos de Él y también comprometernos a ser miembros de la Iglesia Católica por el resto de nuestras vidas. En Harvard — a lo que yo se — las personas no son religiosas, hay muy pocos católicos. Yo sé que mi fe va a ser cuestionada, sin embargo, yo sé muy bien porqué creo las cosas que creo, porque soy católica y sé las bases de nuestra religión. Sé que va a ser un camino difícil, pero siento que Dios siempre va por delante guiando nuestro camino y se que si me abro a Dios, Él va a poner las palabras correctas ante esas cuestiones.

¿Qué es para ti la Iglesia Católica?
Mucha gente dice que es religión, pero yo siento que es una forma de vivir, es parte de mi. Sé que ser católica es permanecer a la verdad; es ser un discípulo de Jesús agarrado de la mano de María.

¿Cómo te sientes ante la expectativa de lo que viene?
Estoy muy emocionada por las oportunidades que vienen, las personas que voy a conocer, el nuevo estilo de vida, pero al mismo tiempo tengo un poquito de nervios porque es dejar a mi familia para buscar un mejor futuro para todos. Siento que tengo que aprovecharlo al máximo porque por esto he luchado toda mi vida académica.

¿Quisieras agregar otra cosa?
Quiero ser una voz para la comunidad latina, pero también incluyo a todos los católicos, porque hoy en día ser católico es muy difícil. Para mí será un orgullo y un honor poder decir que soy católica en Harvard sin importar lo que la demás gente opine de eso.

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