Dos maestras que dejan huella

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SAN DIEGO — Dejar huella en un alumno no es cosa fácil, sin embargo, eso fue justamente lo que Donna Coduti logró con su alumna Amanda Idiáquez.

“Siempre fue una maestra muy cariñosa”, recordó Idiáquez. “Simplemente hacía que el aprendizaje fuera divertido y agradable. Eso me hizo darme cuenta de que necesitamos más profesores como esos; necesitamos profesores que inspiran a sus alumnos, ella definitivamente me inspiró a mi”.

Idiáquez, 24, fue alumna de Coduti cuando cursaba primero de primaria en la Academia de San Judas. En 2020 la joven de padre peruano y madre mexicana se convirtió en colega de su antigua maestra, ella impartió clases de segundo de primaria en Our Lady’s School (Escuela de Nuestra Señora) en Barrio Logan, mientras que Coduti era la encargada de primer grado.

“Fue un momento culminante de mi carrera”, afirmó Coduti sobre la fortuna de tener a su alumna en el salón de enseguida.

Originaria de Chicago, pero sandieguina desde hace más de 40 años, Coduti se retiró de las aulas el pasado mes de junio. A lo largo de sus 35 años de carrera, la maestra de 69 años de edad trabajó medio tiempo en Nuestra Señora de Gracia, 10 años más en la Academia de San Judas, donde fue maestra de Idiáquez, y finalmente otros 10 años en Our Lady’s School.

“¡Ay Dios mío! Es dedicada, creativa, energética, todo lo que quisieras tener en una maestra, especialmente en una maestra joven”, comentó Coduti sobre su exalumna. “De verdad que tiene el don de enseñar, es paciente con sus estudiantes y busca dar lo mejor”.

«Ella no es de las que se quedan con la vieja escuela, siempre quiere estar al día con diferentes enfoques”, comentó Idiáquez, quien afirma que uno de los mejores consejos que su maestra le dio fue que si quieres enseñar tienes que estar dispuesta a siempre seguir aprendiendo cosas nuevas.

Su primer año como maestra fue durante la pandemia, un año de muchos retos, especialmente para alguien que apenas comienza su carrera en las aulas.

“Tuve momentos en que estaba a punto de quebrarme y ella me apoyó todo el tiempo. Decía, ‘las cosas van a mejorar’, ‘vas a disfrutar esta profesión’, ‘vas a ser una gran maestra’. El seguir perseverando y tener esa mentalidad de crecimiento continuo es algo que ella me enseñó y es algo que me ha servido mucho. Ella fue mi roca durante este tiempo”, señaló.

Ahora la joven maestra se prepara para impartir primero de primaria en la Academia de Juan Diego en Chula Vista. Al preguntarle sobre lo que planea traer al salón de su antigua maestra, respondió “su actitud positiva y el siempre buscar lo mejor para los alumnos. También tratar de implementar maneras divertidas e innovadoras de aprendizaje. Simplemente crear experiencias memorables para mis alumnos, así como ella lo hizo”.

“Quiero que mis alumnos sepan que realmente me interesan, que soy alguien que abogará por ellos y que estará a su lado; así como Donna abogó por mi”, dijo. “Construir relaciones es realmente importante, dejarles claro que verdaderamente me importa lo que van a hacer con su vida”.

Coduti aseguró estar feliz de que Idiáquez haya decidido hacer su carrera dentro de las escuelas católicas “porque hay algo especial sobre compartir nuestra fe, y me alegro de que ella también sienta eso”.

De igual manera, Idiáquez aseguró admirar a Coduti por su fe.

“Veo cómo toma estos conceptos realmente complejos para que los niños los entiendan y logra que ellos puedan realmente sentir el poder de Jesús en su corazón, eso para mí es tan inspirador”, dijo mientras aceptaba que en ocasiones iba al salón de su exmaestra para tomar ideas.

“A Amanda le digo que siga siendo la increíble maestra que es, que nunca deje de crecer, que siga aprendiendo y sea feliz”.

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